Días de sol, corridas y un chapuzón en el río. Cañas y pescados.

Esa era la imagen que cientos de dolorenses tienen en su mente cuando recuerdan el río de los Sauces. Hoy cuando van caminan sobre recuerdos de cuando venía agua.

Actualmente ven en una costanera  de pastos prolijos, pero un hilo de agua sucio; neumaticos, botellas y barro.

¿Qué pasó con esos recuerdos de la infancia? ¿El agua se evaporó? ¿Estamos viviendo una pesadilla?

Ahora toca aguantar climas extremos culpa de la tala indiscriminada y los incendios forestales.

Pero volvemos: ¿dónde se fue el agua? 

Al igual que con los incendios y el desmonte, el modelo de unos pocos destruyó el ecosistema.

Fuimos testigos de inagursciones de los políticos, canales destinados a desviar el agua para el riego.  

Pero no para garantizar una soberanía alimentaría, tampoco para producir para el pueblo. El único fin es beneficiar a los amigos del poder. Que ellos se llenen de dinero a costas de la miseria de sus conciudadanos.

Sus casas están adornadas con piletas o se dan el lujo de irse al extranjero. Pero vos que querés llevar a tus hijos a pasar un lindo día en tu ciudad no tenes lugar.

Te robaron hasta un derecho humano: el agua. Viven con la tuya y te destruyen el ecosistema. 

Son como monstruos gigantes movidos por el egoísmo de tener cada día más, sin ver que están destruyendo el mundo.

¿Sabes dónde está el agua? En los canales. Es irracional que un canal de riego lleve más agua que la que requiere la población. 

Cuando ponemos el lucro por encima del derecho al acceso al agua, estamos matando un derecho esencial de la humanidad.

Querido amigo: cambie su voto y exija por recuperar el río. Nuestro patrimonio histórico por excelencia.