Editoriales

Aumento de problemas psicológicos por la pandemia

Consultar un psicólogo en tiempos de pandemia se ha vuelto algo muy habitual

Consultar un psicólogo en tiempos de pandemia se ha vuelto algo muy habitual, y es que la expansión del COVID-19 ha cambiado nuestra vida de muchas maneras, provocando todo tipo de secuelas que afectan de diferentes maneras a la salud.

Una secuela muy importante es la del incremento del estrés psicológico. Tenemos miedo de lo que nos podría pasar si nos contagiamos y nos preocupamos si se terminan contagiando nuestros familiares, amigos y más allegados.

Pero la cosa no queda aquí, y es que el aislamiento social también se ha extendido, además de que estamos muy agobiados por los problemas económicos que ya empezamos a notar por el hecho de haber paralizado el país por el coronavirus.

Importante incremento en cuadros de depresión y ansiedad

Sanidad se encuentra desbordada atendiendo casos de COVID-19 y desechando los que no lo son. Esto hace que no se les dé tanta importancia a otros problemas y, muchos de ellos, podrían ser muy importantes.

Un estudio llevado a cabo por la Mental Health Research Canadá concluyó que las tasas de depresión y ansiedad registradas durante la pandemia se habían incrementado de manera importante.

La OMS (Siglas de Organización Mundial de la Salud) ha vaticinado que estos trastornos mentales no han hecho más que empezar y que es muy posible que podamos ver un repunte en el incremento de trastornos, incluso hasta de suicidios.

Muchas personas se han obsesionado con todo lo que tiene que ver con la pandemia: no está nada mal preocuparse, pero si en el caso de que la preocupación llegue a un punto enfermizo.

Por ejemplo, algunos consultan sin parar la app Radar Covid con el objetivo de saber si cerca de donde viven hay alguien contagiado.

Las personas más afectadas por la situación

Los sanitarios son aquellos que más expuestos al virus están, además de aquellos perfiles que de alguna manera están vinculados al ámbito sanitario. Su principal miedo es contagiarse y llevar el virus a su familia.

Numerosos expertos indican que los médicos escasean, por lo que la formación sanitaria es ahora más importante que nunca.

También son muchas las personas las que han perdido a familiares contagiados por el COVID-19 y ni tan siquiera han podido despedirse de ellas. Estas han quedado afectadas a nivel emocional, con daños que deben ser tratados de inmediato con el psicólogo.

Se mantienen las alertas sobre personas que ya tuviesen algún tipo de trastorno de salud mental previa, ya que tienen un mayor riesgo de recaída. Y algo similar ocurre con nuestros niños y adolescentes: como están acostumbrados a salir, también es muy posible que se incrementen en ellos las tasas de depresión y de ansiedad.

Se han hecho muchos estudios en Wuhan, la ciudad en la que se piensa que se originó el COVID-19, y uno de los más relevadores es aquel que se ha llevado a cabo en estudiantes de Hubei, detectando que un 22,6% de ellos han padecido síntomas de depresión.

Conviene recordar que no hay nada de mal en ir a ver al psicólogo si nos hace falta, y es que suele es la única forma de escapar del agobio, estrés o ansiedad, entre otros síntomas

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