
Como todos sabemos esta pandemia comenzó a aflorar en nuestro paÃs en el mes de marzo. Los primeros dÃas de abril el gobernador de Córdoba creó los COE regionales. Villa dolores fue uno de los 8 en la provincia. Abarcando los 4 departamentos: San Alberto, San Javier, Pocho y Minas.
Como director se dispuso al médico Juan Bautista Uez, (en dÃa de hoy fue removido del cargo) representantes de seguridad, de la justicia y desarrollo social. En ese momento también se convoco a trabajadores de la la salud de otras instituciones privadas.
Como la llegada del virus a Traslasierra se hizo esperar el COE tuvo cierta politización. Además, se sumo algunos teléfonos descompuestos con el municipio local. Quedará como duda a plantear si en este tiempo se prepararon lo suficiente. Aunque con el primer caso, pareciera clarificar que el COE a cargo de Juan Uez no estuvo a la altura de las circunstancias.
Frente a este escenario, aparecieron ellos: los invisibles. A muchos no los conocemos, porque no están frente un micrófono o las cámaras. Pero son los que salen con estos trajes estilo “astronauta†a ponerle el cuerpo, hisopando y trabajando con los pacientes infectados. Son cientos de dolorenses, muchos anónimos, innumerables; pero inmejorables en su tarea. Lo hacen sin pedir dinero a cambio, lo están haciendo por amor a la ciudad, al valle y al ser humano.
Podrán decir el COE tiene un presupuesto asignado por el gobernador (tema de debate para otra nota quizás...) pero los invisibles no cobran, lo aseguramos. Cuando esto lo lea un familiar o amigo podrán ratificar estas palabras.
Sabemos como sufren en carne propia y se entristecen cuando se siguen confirmando casos, como fue viral un audio de un médico dÃas atrás cuando se conocÃan 16 nuevas personas infectadas.
Esperemos cuando pase todo esto verles las caras y decirles gracias, muchas gracias a esos trabajadores invisibles.